El día 9 de Julio de 2007, seguramente va a ser difícil de olvidar, a lo mejor por el feriado del día de la independencia, o por el intenso frío con temperaturas bajo cero y acompañados por aguanieve.
Pero para los vecinos de Bajo Saladillo va a tener un condimento mas, ocurre que sucedió algo que hacia muchísimo tiempo que no sucedía, comenzó tempranito cuando las primeras bombas de estruendo sonaron sobre la cancha del barrio, para que se ubiquen queda frente al Club de Pescadores y del Centro de Salud El Mangrullo. Todo comenzó cuando un grupo de vecinos
referentes del barrio junto a integrantes del Centro de Salud y de los Scouts, empezaron a reunirse para pensar como lograr mejorar la calidad de vida de los vecinos del barrio.
Y entre muchas ideas surgió la de reeditar la costumbre, ya perdida, de celebrar los 9 de Julio como el aniversario de la cancha Sol de Mayo (entidad que se emplazaba en ese mismo lugar desde 1930), fecha que además concuerda con la celebración de la virgen de Itatí. Las celebraciones se llevaban adelante con partidos y fiesta popular.
Y así fue que a pesar del frío se desarrollaron todas las actividades como hace 70 años atrás...
Apenas tronaron las bombas de estruendo comenzaron una serie de partidos, en un rincón al costado de la cancha se improviso un escenario que con música de fondo amenizó toda la jornada.
Al otro lado de la cancha se construyó un espacio denominado: Rincón de los Recuerdos, lugar parecido a un pequeño museo que agrupó un puñado de fotografías y elementos, recuerdos de otra época, que arrancaba sonrisas y nostalgias de todos los que acercaban, que gratificante resultaba, sobre
todo para los mas chicos tener una mirada distinta del lugar donde viven.
Otra espacio que funcionó con éxito a partir del mediodía fue un puesto de choripanes, cuyo objetivo fue el de recaudar fondos para cubrir con algunos gastos, el mismo fue atendido por Lorenzo y Rosa, dos vecinos muy entusiastas acompañados por Orlando y su esposa Rosa que se sumaron
desinteresadamente a esta iniciativa al igual que la gente que dono los chorizos, las bolsas de harina, la panadería que nos dono el pan a cambio de la harina, todo un ciclo, muchísimo trabajo, que sin dudas constituye la clave del éxito.
Pasado el mediodía apareció en escena lo que podría llamarse la vedette de la tarde y fue sin dudas la gran atracción -y no es para menos- la torta de 200 Kg. algo que no se vé todos los días... una obra de arte sin duda la de Cachin, otro importante vecino que durante varios días batió huevos y
horneó bizcochuelos en su horno de barro para que todo el barrio pudiera degustarla, junto a una taza de chocolate calentito.
Y para ir terminando la tarde dos cosas más, la primera consistió en un homenaje a dos abuelos, Atilio y Capino, que en su juventud vistieron la camiseta del glorioso Sol de Mayo, ellos acompañados de otros jugadores también veteranos y que pasaron por las filas del club subieron al escenario y recibieron la ovación del publico presente entre el estruendo de la pirotecnia y los papelitos de colores, la emoción de ese momento fue fuertísima sobre todo cuando recibieron de manos de los organizadores camisetas con sus nombres en la espalada réplicas de la época en que la
defendieran.
Finalizó el acto. por un lado la actuación del taller de danzas "Abriendo Fronteras", que colmó de colorido y entusiasmo con sus bailes y luego el broche de oro en manos del cantante Gregorio de la Vega, cantor que el barrio lo acunó desde pequeño, que lo vio nacer y crecer hasta los 15 años
como el mismísimo mencionara en un emocionante dialogo con el público que lo acompaño.
Por supuesto que esto continua, que hay muchas cosas que aprender y otras por resolver...
Y en esto, que intenta ser un relato de lo sucedido, se escapan un montón de sentimientos que los que escribimos las podríamos contar, como anécdotas, sucesos, emociones, alegría, lágrimas, amor...
Gracias a el equipo del FAE, al equipo del Centro de Salud, a los Scouts que están Siempre Listos, a la gente del Distrito Sur, Gerardo Grieco, Adrián Lagos, Valeria Marchesino, Alicia Maltanares, Rodolfo Aziarri que son incondicionales. Y a los vecinos que antes no nombramos que también
hicieron sus aportes: Julio, Paulina, Julia, Gato, Mónica, Vicente.
El que no vive para servir
No sirve para vivir
