Para que un santafesino pueda tomar agua segura en cualquier punto de la provincia tendrán que transcurrir unos 15 años y que estén en funcionamiento 12 sistemas de provisión. Mientras tanto, la situación es más que preocupante para el 40 por ciento de la población. El plazo citado es el objetivo de un plan escalonado para poner al alcance de todos la calidad de este elemento a través de acueductos. La referencia formó parte de los temas que ayer debatió la Comisión Especial del Agua junto a autoridades, vecinos, entidades intermedias y la empresa proveedora.
"La disponibilidad del agua en condiciones saludables constituye un derecho humano fundamental", arrancó el anfitrión de la reunión y titular de la comisión de Ecología y Medio Ambiente del Concejo, Pablo Colono. El concepto marcó el terreno por el que discurrió el encuentro donde a su turno fueron terciando autoridades y vecinos entre las aguas de consenso.
"Garantizar el derecho humano a consumir agua de calidad a todos los habitantes de la provincia es uno de nuestros mayores desafíos", coincidió el titular de la Secretaría de Aguas del gobierno santafesino, Hugo Orsolini, al abrir el panel y antes de revisar paso a paso los números citados.
La coincidencia en el rango otorgado al agua fue justamente el novedoso hilo conductor de un tema que viene más que remanido entre reclamos y proyectos eternos. La reunión formó parte de una serie de actividades semanales programadas con vistas al día en que se celebra a nivel mundial este elemento, bajo la consigna "Compartiendo el agua".
Un largo camino. "Tenemos que recordar una de las grandes vergüenzas como fue haber privatizado el agua aunque luego supimos recuperarla", recordó el edil Carlos Comi, que participó de la reunión junto a sus pares Alfredo Curi, Mariana Alonso y Luisa Donni. También estuvieron presentes el Taller Ecologista, la Asamblea Provincial por el Derecho al Agua, el Grupo de Scout Martín de Güemes y Amigos del Parque Urquiza, entre otros.
El recorrido que llevará a que un día el agua sea en la práctica un derecho comenzó en la provincia en 1980 cuando nació la hoy extinta Dipos (Dirección Provincial de Obras Sanitarias) desmembrada de Obras Sanitarias de la Nación. Después de la fallida privatización hoy el servicio está a cargo de Aguas Santafesinas (Assa).
"Hoy tenemos lo que no tuvimos en las últimas cuatro décadas", aseguró Orsolini para contrastar con el relato histórico. Y, en lo que calificó como síntesis extrema, dijo que sólo el 60 por ciento de la población santafesina, nucleada en las 15 localidades atendida por Assa, tiene un "excelente" nivel de servicio. ¿El resto? En situación "sumamente preocupante", resumió en funcionario.
En las 347 comunidades que no tienen agua potable, el panorama se presenta como los colores, en degradé: 49 tienen calidad de agua "inaceptables", mientras que el resto forma grupos de 70, 64 y 54 localidades que se diferencian según decrece el número de parámetros excedidos de lo que indica la ley 11.220.
"Los parámetros excedidos dañan por acumulación como el arsénico y flúor u otros contaminantes menos citados como nitrato, hierro y manganeso, sólo a modo de ejemplo", detalló Orsolini. ¿Cómo se revierte la situación? Con una política de saneamiento inscripta en un marco de referencia que ahora pretende ser insoslayable: el agua como derecho humano.
Claro que convertir el enunciado en realidad es el mayor de los desvelos. Según Orsolini, la provincia puso proa a extender los cánones de calidad del agua hacia el 40 por ciento de la población que hoy se lleva la peor parte. Para lograrlo ya está en marcha el proyecto de acueductos a partir de fuentes superficiales (río Paraná), en lugar de la contaminada provisión subterránea. Un mapa sobre este aspecto revela un dato inquietante.
"El talón de la bota del mapa santafesino comienza a mostrar, en la última década, un fuerte aumento en la concentración de nitratos que, se supone, provienen en gran medida de la úrea de los fertilizantes que se utilizan en la agricultura", relató el funcionario.
Urgencias. Para los vecinos, la oportunidad de reunirse y hablar del agua como derecho humano fue una ocasión propicia a fin de recitar una vez más el suplicio que significa la vida cotidiana cuando este fluido falta y sobran los excrementos. En ese sentido se hicieron oír las vecinales de barrios como Bella Vista, Unión y Rucci, entre otros portavoces de los distritos norte, oeste y sur.
Extraído Diario La Capital: http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2009/03/19/noticia_0002.html